En estos tiempos de hiperconectividad y virtualidad exacerbada, escorts y videos van de la mano. No falla, es una fórmula ganadora. De hecho, aumenta a diario la cantidad de chicas que se dedican a la apasionante tarea de ser video-escorts.
Y existen regiones donde esta modalidad está superdesarrollada. Se ha “industrializado” a gran nivel. Por ejemplo, en Rumania. En el corazón de su capital, Bucarest, hay cierto edificio en el que la actividad de las “cam-girls” arde.
Se trata de la sede de “Studio 20”, dos pisos y cuarenta habitaciones con “video-escorts” que trabajan unas ocho horas al día, y ganan un promedio de 4000 euros al mes, varias veces el salario básico del país. Es uno de los muchos generadores de contenidos para LiveJasmin.
Y es la mayor franquicia de webcam de estudio del mundo. Tiene nueve sucursales en Rumania, incluyendo la de “cam-boys” para el mercado gay. Sus otras ramificaciones están en la ciudad colombiana de Cali, en Budapest (Hungría) y en Los Ángeles.
Este último es un sitio web de entretenimiento para adultos basado en el videochat erótico. En él, las “modelos” (las chicas, en la jerga profesional) ganan dinero en efectivo por sus “shows”. Es una plataforma que muestra a las modelos disponibles para que cualquier usuario (o “miembros”, en la misma jerga profesional) con créditos, puedan contactarlas en el chat público y luego llevarlas a uno privado, para que cumplan sus fantasías explícitas. Sí hay un dinero de por medio, obviamente.
“Escorts Videos” al por mayor
LiveJasmin es el más grande host del sexo por Internet en el mundo. Se estima que tiene entre 35 y 40 millones de usuarios que entran a diario. Puede tener hasta 2.000 modelos en línea simultáneamente. Por algo, la industria del Video sexo genera más de 3000 millones de dólares al año en el mundo.
Los grandes operadores de esta modalidad de trabajo sexual, como los mencionados rumanos de Studio 20, se esfuerzan por saber lo que los clientes desean.
Lo importante es mantener un cliente en línea pagando por tantos minutos como sea posible, y que la chica (“modelo”) lo vaya guiando y manteniendo interesado, sin ceder a cosas que le piden y no quiere hacer.
“Tienen 10 minutos para ser linda y sexy, y entonces es mejor que tengan algo de que hablar, porque de lo contrario el cliente no se quedará”, explica la gerente de Studio 20. “La mayoría de las veces es conversación, a veces interpreto papeles, y una pequeña parte es desnudez y masturbación”, cuenta una de las chicas “modelo”.
Improvisación cero
Aquí no hay nada librado al azar. Por eso, Studio 20 emplea formadores, un psicólogo y un profesor de inglés. Es que la mayoría de los clientes son norteamericanos y europeos, y estas “escorts-videos” deben poder comunicarse con ellos fluidamente.
“Les enseñamos sobre los fetiches, qué es un fetiche y por qué las personas los tienen. Estudiamos a Freud y a otros psicólogos. Elegimos y ensayamos muy bien los gestos, porque las mujeres deben ser sensuales, inteligentes y bellas”, afirma la gerente.
Como parte de LiveJasmin, en Studio 20 y en los demás creadores de contenido para esa mega plataforma, hay estrictas reglas que cumplir. Por ejemplo,
el desnudo en público está totalmente prohibido por las reglas establecidas de LiveJasmin. Las modelos solo pueden desnudarse si el usuario las lleva a un show privado. O si ellas crean un “Chat solo para miembros” o “Show grupal” en otras plataformas.
En resumen, es un trabajo muy lucrativo, pero nada sencillo, como puede verse.